jueves, 8 de diciembre de 2011

Un empleo "de verdad" (recado para los comunicadores)





La escena es así: una chica de rostro enrojecido camina velozmente a través de un espacio que resulta ser su lugar de trabajo. La cámara la sigue y el espectador se involucra en su desplazamiento y su furia. Es Rosetta: una joven casi adolescente, que ha perdido su trabajo sin que se lo explique. Más bien dicho, no consigue que la contraten luego del tiempo de práctica, aunque argumenta que ha hecho bien su pega. La historia continúa en torno a los esfuerzos del personaje por obtener trabajo- y con ello ser validada socialmente y sobrevivir-; “un trabajo de verdad” según expresa y no un simulacro para ganarse unos francos. Tras ese fin Rosetta es capaz de cualquier cosa http://www.edualter.org/material/cinemaitreball/rosetta.htm


La película de los hermanos Jean Luc y Pierre Dardenne (Bélgica) ganó la Palma de Oro en Cannes en 1999. En ese tiempo fue una arriesgada apuesta del jurado, porque se trataba un film duro y crítico a la sociedad moderna, referido a una clase marginal en una Europa que por aquél entonces gozaba de prosperidad y estabilidad y donde seres como Rosetta,u otros personajes que pueblan las posteriores películas de los Dardenne (“El niño”, “El hijo”, "El silencio de Lorna"), parecían escapados de otras latitudes.Mirada ahora, en el tiempo en que los marginados son cada vez más  visibles, Rosetta resulta muy vigente.


Una frase de la protagonista me ha quedado dando vuelta. Cuando su amigo Riquet – el único que ha conseguido en la pelea por la sobrevivencia- le pregunta por qué lo ha traicionado ella le responde “porque quería un trabajo de verdad”. Ya había refutado un ofrecimiento- vender waffles hechos a la mala- porque su idea era quizá que el trabajo “dignifica”.¡¡Quién sabe!!
La consigna de trabajo decente y salario idem acuñada por la OIT (Organización Internacional del Trabajo) parece una quimera, por más acuerdos que se tomen en Ginebra y convenios que firmen los estados participantes en la organizaciónhttp://www.ilo.org/global/about-the-ilo/decent-work-agenda/lang--es/index.htm. Los mismos organismos internacionales se las arreglan actualmente para pagar salarios cada vez más bajos u ofrecer contratos precarios a los recién llegados.

A fines de noviembre el Colegio de Periodistas de Chile se pronunció en relación a una oferta laboral publicada por la empresa Nextel, que ofrecía cien mil pesos de salario para un cargo de periodista titulado. En el Colegio señalaron que  que no se trataba de un caso aislado y que mensualmente se reciben en esta agrupación gremial por lo menos dos a tres denuncias de este tipo, las que han sido denunciadas al Ministerio del Trabajo, para que fiscalice http://www.colegiodeperiodistas.cl/index.php/noticias/2-uncategorised/137

Estos datos y otros hacen crecer mi escepticismo frente a las cifras de desempleo nacional y preguntarme a qué tipo de empleo se refieren las estadísticas oficiales. Porque la palabra me parece  un eufemismo, cuando  escucho a un vendedor de cuneta de Providencia con Lyon diciendo “Yo trabajo en esta esquina y cuando está malo me corro pal centro”; o cuando Juanito se queja de que el alcalde Zalaquett lo privó del espacio donde trabajó durante tantos años (pidiendo “colaboraciones” por su simulación de Luis Miguel). 

Si Rosetta viviera en Chile ¿ habría considerado “un trabajo de verdad” el empleo de empaquetadora de supermercado; o de mesera en uno de los sitios de moda, cuyos dueños hacen un  contrato por una paga irrisoria aduciendo que en propinas se puede hacer un sueldo más que respetable (sin decir que de las propinas se deducirá un porcentaje para el personal de cocina, al que también le pagan una miseria)?. De seguro el personaje de la película de los hermanos  Dardenne no habría encontrado pega en estos lugares, porque ocupan de preferencia a actores o actrices, cineastas, fotógrafos, periodistas, publicistas, ojalá de facha regia.

Y claro, si cualquier profesión vinculado a las comunicaciones cae en el hoyo negro de las menos rentables en Chile.  Actores y actrices, periodistas, publicistas, diseñadores sobran,dicen.

¿Es cierto, sobran? Por favor!! Una cosa es que exista una gran oferta y otra que la creatividad y el talento esté demás, porque quienes tienen el dinero y el poder económico no quieran invertir en conocimiento y en buena edición de contenidos (atractivos, creativos, bien informados, estudiados en profundidad y no con el afán de incitar al consumo meramente) para ser trasladados a libros, películas, obras de teatro, de música o campañas publicitarias. Nos enfrentamos a diario con un criterio editorial  que nos ahoga y desinforma.  Con un  estilo dirigista heredado de la dictadura y un modelo mercantilista, del cual tampoco somos los inventores, que no valora el saber.  A una perspectiva de corto alcance  en la educación, para formar a los escolares y preescolares en una cultura humanista.  A un bombardeo de mensajes que privilegian lo feo, lo banal, lo “sencillito”, lo conservador, lo”productivo”.

Volviendo a Rosetta y a los hermanos Dardenne, los cineastas belgas   en forma permanente han estado desnudando a una sociedad cuya pulsión es anteponer el bien personal por sobre el colectivo y  reafirmar los valores individuales acentuando con ello  el aislamiento y la soledad. En suma, todo eso que ahora revienta y que se cuestiona de manera más visible, abierta y masiva en las sociedades “desarrolladas” y las no tanto.
Frente a la crisis que sacude a Europa, y al mundo en general,  los Dardenne han dado una luz de esperanza en un foro convocado por el diario El Mundo, de España: “Está claro que en la actualidad en Europa hay dramas que están haciendo tambalear existencias. La ficción es una manera de poder abordar estos cambios. Son momentos difíciles en los que muchas personas tienen que tomar decisiones importantes. Y ahí es donde la ficción puede dar sentido a estas elecciones. El miedo ha invadido a todo el mundo. Está bien imaginar historias en los que los protagonistas luchan contra ese miedo” http://www.elmundo.es/encuentros/invitados/2011/10/5025/
El guante está lanzado.









Puerto Cabello (Historias venezolanas)



Salió muy compuestita de su casa, una antigua casona con el revestimiento corroído por la sal marina, en Puerto Cabello. Caminó moviendo las caderas de nínfula por el estrecho callejón y al poco rato se sintió un silbido. Un chico flacuchento color chocolate, que escuchaba un rap en su teléfono móvil, la interceptó e intentó abrazarla. Ella se desprendió con un movimiento ágil del hombro derecho y siguió por la perpendicular rumbeando para el malecón. Un sonido de celular la detuvo……

Escuchó un segundo y siguió avanzando entre risas. De pronto, un barco, una enorme nave de color blanco con bandera finlandesa, avanzó hasta situarse paralelamente a la baranda del malecón. Alguien que había seguido sus pasos rememoró una escena de Amarcord, esa película de Fellini donde todos esperan una encantada que debe llegar por la noche, y pensó -como tantas veces antes- que eso del realismo mágico era un invento de quienes necesitan explicarse lo que está fuera de su cotidiano racionalmente ordenado. O tal vez nunca estuvieron en el Caribe o sus cercanías. Ni conocieron historias como la de este puerto que, según se dice, tiene aguas tan tranquilas que se puede amarrar barcos de gran calado “con la hebra de un cabello.http://www.mipunto.com/venezuelavirtual/000/002/003/005/004/000.html

Pero ahora la historia es otra y también la protagonista. Porque bajo el sol tórrido de mediodía la chica se ha detenido para observar lo que ocurre a unos cuantos metros. Globos de colores anuncian una celebración; un grupo de estudiantes afinan instrumentos a un costado y en otro, niños con disfraces de árboles y flores se preparan nerviosos para presentar una obrita de contenido ecológico que han ensayado durante semanas. Un señor vestido con impecable camisa blanca de manga corta y sombrero de paja lee observa un cartel, mientras espera que algo comience. Por aquí y por allá unos leen poesía y otros cuentan cuentos sobre vacas memoriosas y sobre un burro enamorado. Es una fiesta sin duda, de la cual no estaba enterada.

La señora de pelo blanco que observa tras la reja de su ventana sí sabe del acontecimiento, porque su hija profesora es una de las participantes del encuentro de literatura http://sitiocero.net/2011/leer-para-crecer/, que desde hace dos días la lleva de un lado a otro. Ella no irá, porque a sus años ya no está para tantos desplazamientos, pero feliz observa y conversa con los transeúntes que hoy están de visita. Habla de sus antecesores holandeses que arribaron a este puerto hace muchísimos años. Cuenta historias de piratas y corsarios, cuando españoles y franceses, como el temible Jean David Nau, el Olonés, asolaban estas costas.


El Olonés es uno de los personajes de la novela “Las aguas tenían reflejos de plata”http://www.prisaediciones.com/ve/libro/las-aguas-tenian-reflejos-de-plata/ de la escritora Laura Antillano. Ella ciertamente tiene predilección por este puerto principal de Carabobo, porque también lo eligió como ciudad de origen de la romántica y vanguardista Leonora de “Solitaria Solidaria”, una mujer del siglo XIX que logra cautivar a una historiadora y académica del siglo XX.

Es Laura, precisamente, http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/antillano/bio.htm la que está detrás de este encuentro de literatura y de esta fiesta en el boulevard de Puerto Cabello, que ha motivado a la niña de minifalda azul a interrumpir su paseo al malecón y a descartar la cita con el chico del rap, para continuar la rumba por otros derroteros.