miércoles, 1 de diciembre de 2010

Maite Fernández: señora chilena de las tablas



Flores blancas, muchas flores blancas, rodeaban hoy el ataúd de Maite Fernández ubicado en una de las salas del Sindicato de Actores, en el barrio Bellavista. “Allí está sonriendo” me dice Agave una de sus hijas, también de albo traje, sentada en una de las graderías de la sala.

Hay actores y parientes sentados a su alrededor. Chicas jóvenes, señores, señoras. Han colgado fotos de la actriz en distintas etapas de su vida, en diversas obras. Al lado del ataúd resalta una gran corona del ICTUS , grupo de teatro donde trabajó por años . Un cuaderno a la entrada de la sala recibe los los testimonios de sus alumnos y compañeros de tablas.

Maite Fernández tenía 86 años y trabajó en teatro hasta que le descubrieron el cáncer que terminó con su vida. La última vez que la vi, en su casa cerca del Estadio Nacional, conversamos de lo duro que resulta hacer teatro en este país (pese a lo cual, admitió, nunca lo dejaría) , de política contingente, de familia y de lejanías.

Dos años antes, en 2007, la había entrevistado para una nota que publiqué en Cultura y Género una sección que creamos en el web del Consejo de la Cultura, hoy desaparecida como tantas otras cosas y que copio a continuación.

Maite Fernández es una de las actrices de mayor vigencia del teatro chileno. Desde mediados de abril y hasta la primera se mana de mayo presentó en la sala de Sidarte la obra Fatiga de material, uno de los últimos textos que su amigo Jorge Díaz escribió especialmente para ella, en 2006.

Ganadora de numerosas distinciones (el Altazor a la mejor actuación, en 2001, entre otros http://www.premioaltazor.cl/maite-fernandez-santas-virgenes-y-martires/ ) a lo largo de su carrera ha pertenecido a tres grupos de teatro fundacionales: el Teatro Experimental de la Universidad de Chile, donde se inició en las tablas, el Teatro Teknos de la Universidad Técnica del Estado (hasta 1973) y el ICTUS. Fue allí donde conoció al arquitecto y dramaturgo Jorge Díaz con quien forjó hizo una profunda amistad y estrecha relación de trabajo.

Díaz escribió para ella siete obras que ha montado, desde 1991, con su grupo de teatro La Ventana: Canción de cuna para un anarquista, Santas, vírgenes y mártires, son dos de las piezas que creó en su máquina de escribir, "porque nunca se rindió ante un computador", cuenta Fernández.

Desde la Patagonia

Compositora (aunque se reconoce analfabeta musicalmente), autora de dos libros de cuentos y sobre todo actriz, Maite Fernández (nacida Mabel) creció en Comodoro Rivadavia, en el seno de una familia de inmigrantes que durante la guerra civil de España adhirió al bando republicano.

Cuando cumplió 20 años la joven sureña quiso ampliar su horizonte y viajó a Buenos Aires para continuar estudiando, cosa nada fácil en aquella época para alguien de escasos recursos (años 40), así es que durante el día trabajaba en una fábrica de radios y por la tarde asistía al aula.

"Un día uno de los profesores nos contó que Juan Ramón Jiménez, el gran escritor español, se encontraba en Buenos Aires y que haría una antología de jóvenes poetas argentinos y uruguayos; fuimos a su casa y a él y a su mujer les hizo mucha gracia que una negrita patagona que trabajaba de día y estudiaba de noche, también escribiera y además que fuera republicana como ellos. Yo ya había escrito un libro, así es que prontamente fui incluida en esa antología de poetas desconocidos".

En una de las veladas con Jiménez conoció a la escritora chilena Margarita Aguirre (secretaria de Neruda y autora de una biografía del poeta) y fue ella la que la impulsó a hacer teatro, cuando Fernández se vino a Chile (1949).

En el Teatro Experimental de la Universidad de Chile inició una carrera de más de cincuenta años en la actuación. Del Ituch (teatro de la Universidad de Chile) se fue al Teknos, el teatro de la Universidad Técnica, y trabajó allí diez años. Posteriormente, tras quedar cesante por el golpe de estado de l973, entró al teatro ICTUS, donde se reencontró con Delfina Guzmán, a quien había conocido en la U. de Chile. En esta compañía actuó con Nissim Sharim, Carlos Genovese, José Secall, Jaime Celedón y Jorge Díaz. Con este último desarrolló una estrecha relación que duró hasta la muerte del dramaturgo.

Cuando el ICTUS ya no pudo seguir manteniendo un elenco estable Maite Fernández creó su propia compañía itinerante, La Ventana, grupo con el que se da "el lujo" de seguir haciendo teatro. "Un lujo, porque a menudo gastamos más de lo que ganamos”, dice.

Así era Maite Fernández. Así su amor por la actuación.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Morela Maneiro: Poeta y mensajera

“Las mujeres son las dueñas del canto. Los hombres hacen la música” me ha dicho Morela del Valle Maneiro, la poeta de origen kari'ña que viajó desde Bolívar para asistir al el 5º Encuentro Internacional con la Literatura Infantil y Juvenil, organizado por la Fundación La letra Voladora de Carabobo, durante la segunda semana de noviembre

Morela habla pausadamente, mientras elige y dobla la ropa- diseñada por ella- que usará al día siguiente para su exposición. Me cuenta que los Kari`ña fueron uno de los dos pueblos más antiguos de las Guayanas y que se opusieron ferozmente a los españoles llegando a aliarse con los holandeses, que se instalaron en las Aruba. Pero de ese pueblo aguerrido y numeroso hoy quedan muy pocos habitantes y ella y su familia se han empeñado en mantener vivas las tradiciones y en rescatar la historia y la memoria en aquellos lugares donde habitan, tanto en la ciudad como en la selva.

El bisabuelo de Morela era jefe de una comunidad y chaman “uno de los últimos chamanes tradicionales”. De su abuela aprendió los ritos funerarios, que ahora aplica cada vez que muere alguien en su comunidad, y sobre las otras plantas que abren el conocimiento. “Cuando alguien fallece vamos a la casa de los familiares para saber más sobre su vida, sobre como era la persona, y eso es lo que cantamos y explicamos para consolar a sus deudos” me explica agregando que para ellos el duelo dura seis meses, porque es el tiempo en que se estima que alguien logra despedirse de sus seres queridos. Los cantos de muerte se llaman Haremi, pero también hay canciones festivas, Mare mare, que se interpretan en ocasiones especiales con gran jolgorio me dice risueña.

Los kari`ña son grandes contadores de historias y pueden transcurrir muchas horas o días “echando un cuento”. A nadie le importa si el relator se queda dormido mientras habla; otro tomará la historia y luego cuando despierte continuará como si nada. Uno de esos cuentos se asemeja al del trauko de Chiloé y habla de un personaje incógnito que embaraza a las muchachas en la selva. De eso hay muchos relatos y también otros que hablan de anacondas que fecundan a las mujeres que lavan en las orillas de los ríos. “El sexo, dice Morela, no es tabú en nuestras historias sino más bien es tratado de manera jocosa”.

Las historias hablan de mitos, de leyendas (aunque ella prefiere no darles el nombre de tales), del origen del mundo y de su comunidad. Una refiere que los kari`ñas provienes del tabaco, que fue cortado en muchas partes y de allí se desprendieron las semillas. Así también hay un relato que habla del nacimiento del sol y la luna tras el embarazo no deseado de una muchacha indígena, que muere a causa del engaño de un a mujer ogra que se queda con sus mellizos a los que hace trabajar duramente. También hay hechos de la vida real que se incorporan a la tradición oral y pasan a formar parte del acerbo de cuentos.

Según el último censo de población en Ciudad Bolívar viven unos tres mil descendientes de este pueblo siendo en total unos 12 mil los que habitan en distintas partes de Venezuela (Sucre, Guayana), además de los residentes en Surinam y Guayanas francesas. Morela dice que muchos han perdido la conexión con su historia, su cultura, y esa es la empresa que la nueve a andar de aquí para allá haciendo el enlace entre los que viven en la selva y los urbanos; entre el mundo externo y su pueblo.

Cuando entra a la selva me dice se prepara especialmente: de partida no come nada dulce para que no la piquen los mosquitos , luego se pone en un estado casi de meditación; allí está el espíritu que la mueve, allí las plantas y sus amigos que la motivaron a encontrarse con la identidad primigenia.

Como la hormiga

Morela nació en Ciudad Bolívar capital del estado del mismo nombre, lugar al cual sus padres habían emigrado desde su comunidad original. Su padre se vinculó a actividades sindicales y siguiendo sus pasos y los de un antropólogo francés, que conoció siendo muy niña, se interesó por conocer y difundir la historia de su pueblo. Así a lo largo de sus 40 años de vida ha participado en movimientos de desarrollo social, a través de la cultura, interactuando con instituciones educativas culturales y de defensa del ambiente.

En 2005 coordinó el programa de alfabetización nacional para las comunidades indígenas del estado de Bolívar y en 2006 recibió el primer premio del Concurso de Literatura Bilingüe, Kuai Nabaida (El mar de arriba) otorgado por la Fundación editorial El perro y la rana del Ministerio Nacional de la Cultura, por su libro Ojos de Hormiga. Allí escribió: “Fui haciendo como la hormiga, metiéndome por esos laberintos de la tierra y comencé a conocer los estadios y comencé a ver lo profundo que es conocerse uno mismo.” Un año más tarde obtuvo el Premio Internacional de Poesia Nósside, para poetas inéditos, otorgado por el Centro Studi Bosi, de Reggio Calabria, Italia.

Esta especie de mandato de revivir y mantener la cultura de su pueblo no impide que la poeta desarrolle un a intensa actividad creativa desplegando ahí una poética intimista. En uno de sus poemas lo explica así: “Dibujé sobre la arena un sol caracol/esculpí sueños sobre un palo/investigué en el tiempo /¿Cuántas responsabilidades pesarán sobre mis espaldas?/Escogí la vida de un mensajero”.

http://www.festivaldepoesiademedellin.org/pub.php/es/Revista/ultimas_ediciones/81_82/ma)neiro.html

http://amargosdemandarina.blogspot.com/2010/02/cantos-rituales-morela-maneiro.html

Singular encuentro literario


Del 10 al 13 de noviembre se celebró en Venezuela, en el estado de Carabobo, el 5º Encuentro Internacional con la Literatura Infantil y Juvenil, organizado por la Fundación La letra Voladora, con apoyo de la Universidad de Carabobo y los ministerios de Cultura y de Educación de Venezuela, entre otros.

Una treintena de participantes – escritores, investigadores, bibliotecarios, cuentacuentos, cineastas- expusieron sobre el tema central de este encuentro: la construcción de la historia y de la memoria, dando cuenta de las diversas formas en que se constituye el relato tanto desde la literatura como desde el cine, que en esta ocasión fue incluido a través de análisis y talleres.

Además del intenso programa académico, que tuvo como sedes el Ateneo de Valencia, la Facultad de Educación de la Universidad de Carabobo y el auditorio de Bolipuertos en Puerto Cabello, el programa del Encuentro incluyó visitas de escritores y ponencistas a diversas escuelas, algunos de los cuales fueron recibidos – según palabras de uno de los poetas “como estrellas de rock”.

Y es que forma parte del espíritu de esta iniciativa el acercamiento de los autores con niños y jóvenes, de modo que algunos profesores incentivan el conocimiento del autor invitado a través de un trabajo que se desarrolla durante todo el año. Mención aparte merece el despliegue “encantador” de algunos cuentacuentos, que ya gozan de reputación y que por tanto tienen un público ganado. Y el prestigio de la presidenta de la Fundación organizadora, Laura Antillano ( http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/antillano/bio.htm) que ha formado a generaciones de jóvenes escritores y que goza de un prestigio irrefutable como escritora, en un país agitado por las disputas ideológicas entre chavistas y escuálidos (opositores al gobierno) .

Como ya decíamos, la Fundación la Letra Voladora es encabezada por la escritora, académica y guionista Laura Antillano miembro de una familia de destacados intelectuales de Venezuela. A lo largo de casi 40 años Laura no solamente ha escrito decenas de libros para niños, jóvenes y adultos, sino que también ha desarrollado guiones para radio, cine y televisión; ha tenido una exitosa carrera académica y ha promovido la, lectura en talleres que desarrolla en su antigua de Nagua Nagua, desbordante de libros, fotos y testimonios de afecto de quienes aprendieron allí a amar la lectura y a desarrollar la expresión escrita.

Este año el Encuentro tuvo invitados e invitadas de Argentina, Chile y Cuba, además de profesores, treatristas, escritores y agentes culturales de distintas partes de Venezuela, como los académicos Alberto Rodríguez Carucci y Alicia Montero; los cineastas Maruví Leonett (http://www.entornointeligente.com/resumen/resumen-completo.php?items=1067781) y Jean Charles L’Ami (belga avecindado en Caracas); los poetas Julio Borromé, Angela Gentile, Morela Maneiro y Willian Osuna; y el maestro Eucario García de Ciudad Bolívar, quien entregó un aleccionador testimonio del trabajo que realiza con niños con dificultades de aprendizaje.

Junto con esto hubo presentaciones de libros y revistas en el local de Valencia de Librerías del Sur y una exposición de ilustradores en el Ateneo, que homenajearon a Luisa del Valle Silva - poeta y una adelantada en la defensa de los derechos de la mujer a comienzos del siglo XX- y Morita Carrillo, especializada en literatura infantil. Se sumaron a esta fiesta la representación de títeres de Lilian Maa Dhoor y Beatriz Montenegro, sicólogas y teatristas, en un inteligente montaje sobre textos de Eduardo Galeano, además de una presentación de editores e ilustradores de la Fundación Editorial el perro y la rana, de la Plataforma de Lectura, del Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Esta entidad edita y publica masivamente y a precios imposibles de creer en un país como el nuestro, textos de autores venezolanos y de otros países de habla hispana, como por ejemplo “Cuando marchaban las montañas”, una selección de cuentos bolivianos bellamente ilustrados.

La ciudad de Valencia- capital de Carabobo, estado industrial de Venezuela- se ubica a unos 150 kilómetros de Caracas. Emplazada en un valle en medio de verdes montañas, en sus calles conviven edificios de moderna arquitectura con construcciones antiguas algunas de inspiración colonial. Una moderna autopista ayuda a superar las “colas” (nuestros tacos) que se producen por el intenso tráfico y la construcción inacabada del metro. Destacan en su infraestructura cultural el Ateneo , centro cultural fundado en 1936, que alberga manifestaciones de diverso tipo (teatro, danza, literatura, artes visuales) y la Universidad pública de Carabobo, cuyos orígenes se remontan a mediados del siglo XIX, en cuyos extensos campus es posible apreciar modernas esculturas de grandes dimensiones. Ambos espacios albergaron parte de las actividades del encuentro cuya sexta versión ya ha comenzado a fraguarse.

domingo, 20 de junio de 2010

EL AVION

Habíamos traspasado las vallas y caminado sobre la arena blanca subiendo y bajando las dunas de Ritoque. Habíamos visto la plaza de la música y observado algunas de las casas de Ciudad Abierta http://www.ead.pucv.cl/1992/ritoque-ciudad-abierta/ pensando que para la próxima vez pediríamos hacer una visita guiada. Cabizbajos, asoleados, detestando el olor a carne medio quemada que los veraneantes en carpa de la otra orilla se aprestaban a engullir iniciamos el camino de regreso. De pronto , silencioso, un avión rojo se perfiló en el cielo. Rojo como el del Barón Munchausen de una película cuyo nombre no recuerdo.
Rojo como el de Marmaduke.
Rojo recortado sobre el azul intenso con la arena blanca y un mar verdoso de contrapunto.
Nos tendimos boca arriba para mirar sus piruetas, mientras la fina arena se introducía en nuestra nariz y orejas.
Lo vimos perderse rumbo al sur y regresamos a la carretera queriendo estar allá arriba, en el avión rojo.

viernes, 5 de marzo de 2010

Las otras redes


En estos días de terror- no exagero, nunca tuve tanto miedo en anteriores terremotos y los he vivido en su propio epicentro- la cercanía de amigos/as y conocidos con quien la vida alguna vez nos cruzó ha sido un gran consuelo.

Sin haber sufrido en carne propia las peores consecuencias, la imagen de una vasta parte del país destruido en sus cimientos materiales y en su alma provoca sentimientos de dolor, desesperanza y miedo.

Durante los primeros días estuvimos como hipnotizados frente a la televisión o con la radio casi pegada a la oreja tratando de saber a través de esos medios de los parientes o amigos de quienes no teníamos noticias o intentando conocer la magnitud del desastre que cada día se veía mayor.

Hasta hoy cada réplica- unas fuertes otras casi imperceptibles- nos recuerda el enorme desplazamiento de las placas tectónicas que según dicen hasta cambió el eje de la tierra y nos reaviva el miedo.

Surgen las campañas más variadas de solidaridad y ante los reclamos de que la ayuda no llega , muchos optan por hacer aportes más pequeños, por ofrecer sus casas para acopiar víveres, ropas , materiales de aseo , para llevarlos en sus propios medios de transporte a los lugares que conocen o conocieron y que hoy están destruidos . Creo ver ahí un modo de reconstrucción del tejido social, ese que se ha visto tan averiado en estos días en que para algunos pareciera que la única vía posible de auxilio debe venir desde arriba, cuanto más alto en la pirámide jerárquica y cuanto más autoritario el modelo mejor. Entonces, estas formas aunque no sean del todo eficaces resultan saludables y democráticas, porque cada quien elige dónde dar y qué y se instala una cadena horizontal de solidaridad.

Uno de las iniciativas que más me ha gustado es la del “Ejército de juguetes”, destinada a los niños y a los grandes con alma de tales y encabezada por jóvenes . Lo que se recolecte irá a Iloca “para los niños que han perdido un pedacito de su infancia con el terremoto”.

Esta propuesta me hace recordar un paquete que nos entregaron con gran solemnidad en el patio del colegio, después de un terremoto el año 66. Contenía lápices de cera, un block de dibujo, figuritas para recortar, lanas de distintos colores, gruesos palillos para tejer y una pequeña pelota de goma No sé qué pensaron mis compañeras, pero yo lo recibí como si se tratase de un tesoro.

Iloca está en la costa del Maule cerca de Curicó . Es un balneario que fue destruido en un 70 por ciento por la ola gigante que vino después del terremoto y que en todas partes del mundo llaman tsunami (menos aquí, donde no quisieron rendirse frente a la evidencia).

No conocí Iloca, pero estuve en Llico playa situada un poco más al norte y que fue menos afectada y aunque la población alcanzó a huir del maremoto, lo perdió todo o casi todo. Allí comí los lenguados a la plancha más ricos que recuerde, en una residencial que hoy aparece en las fotos con un bote incrustado en su frontis (o a lo mejor se trata de una de las ventanas de los dormitorios que daban a la playa).

El contraste de este lugar tan sin pretensiones con Vichuquén – lugar de veraneo de los terratenientes de la zona, de las antiguas familias agrarias y de algunos como Max Marambio ( ex GAP, ex revolucionario, ex financista de la candidatura de Marco Enríquez Ominami a la Presidencia, ex dueño de la Universidad ARCIS)- resultaba de una evidencia abrumadora. Allí los ricos y sus helicópteros, sus camionetas de doble tracción, su mujeres flacas y estiradas y acá los pobres con sus casas de adobe, sus carretones tirados por caballos, sus cantantes de rancheras, sus negocios para las “faltas” y su cálida sencillez.

Descubrí Llico hace unos cinco años, durante un viaje de fin de semana largo. Recorrí en auto la zona de Colchagua y una parte de la costa del Maule y de O’Higgins, pasando por por San Fernando y por muchos pueblitos que parecían haberse detenido en el tiempo, con sus casas de adobe de grandes corredores asentados en pilares. Gran parte de estas quedaron destruidas y con ellas una parte de la historia de este país, una forma de vida, un reservorio de bucolismo frente a ala avasalladora modernidad

Cerca de Llico se encontraba la Reserva Nacional Laguna Torca paraíso de ornitólogos. Allí permanecimos largos momentos viendo a las familias de cisnes y garzas de patas rojas. ¿Cómo se habrán guarecido los pájaros de la fuerza desatada de la naturaleza?

Me pregunto que habrá sido de los dueños del negocio de Boyeruca donde paramos con la pretensión de encontrar un café. La amable dueña del lugar solamente podía ofrecernos te, pero nos hizo traer un plato de ostras japonesas recién recogidas de a zona de cultivo en una desembocadura (creo). Y de despedida nos regaló un gordo pan amasado recién sacado del horno “para el camino”.

También Boyeruca fue arrasado, como Iloca, como Dao y como docenas de pueblitos más al interior del Maule , de O’higgins y de la región del Bío Bío, así como el balneario de Dichato o la caleta de Coliumo, territorios de aventuras y ensoñaciones de mi niñez y adolescencia .

Todavía no se logra dimensionar la magnitud de este terremoto tanto desde el punto de vista de sus secuelas físicas como emocionales (¿se logrará alguna vez?) . Hoy tengo más esperanzas que ayer en la recuperación: hurgando en el vasto mar cibernético veo más y más reacciones frente al desastre. No es sólo un espacio propicio para buscar personas, sino también un modo distinto de informarse – más desde lo cotidiano- organizarse, reaccionar, dar y recibir consejos. Notable es en este aspecto el sitio www.plataformaarquitectura.cl/ que hasta ofrece el dato para salir de dudas sobre la estabilidad de las viviendas afectadas por el sismo.

No sé si este sea el mejor camino, pero en estos días en que tantas de nuestras certezas se han pulverizado (dust in the wind, cantaría Alejandro con sonrisa mefistofélica atusándose el bigote) ¿por qué no explorar otros?




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miércoles, 10 de febrero de 2010

Archivos de Inés Paulino: Ni penas ni olvidos


Cuando Inés Paulino comenzó a trabajar en la revista APSI en Chile recién se iniciaban las manifestaciones públicas contra el régimen de Pinochet, los partidos se rearticulaban y el mundo de la cultura se las arreglaba para sobrevivir en un régimen de abierta represión.


Inés, en aquella época, enfrentó el riesgo de todos quienes fuimos requeridos o nos sentimos llamados a documentar el acontecer político; pero también, y en la medida que el tiempo avanzaba, estuvo en el centro de la creatividad, retratando a Enrique Linh, a Nicanor Parra, a Diamela Eltit, a Enrique Zurita, a Eugenio Dittborn, a José Balmes, a Lotty Rosenfeld, a Gracia Barrios y a tantos otros y otras, que por entonces constituían el núcleo de la cultura opuesta al estándar oficialista.


Trabajé con ella a mediados de la década de los 80 y muchas veces nos tocó ir juntas a tal cual funeral, tal o cual protesta o celebración. Partíamos con la cabeza gacha, arrastrando los pies por Bellavista sintiendo que ya no queríamos seguir siendo testigos de tanta brutalidad.


Pero en la dicotomía de la vida había acontecimientos donde Inés brillaba y a los cuales acudía, confesadamente gustosa, para registrar con su cámara análoga acciones de arte – tampoco exentas de riesgo- entrevistas a personajes del mundo político, cultural o religioso, dando pie a encuentros notables con quienes se entregaban rendidos a su simpatía y a las órdenes dictadas con el acento portuñol que nunca ha abandonado.

Del mundo político posaron frente a su cámara desde Onofre Jarpa a Ricardo Lagos; y del mundo cultural la mayoría de los que entonces tenían algo que decir a favor de la expresión censurada. Y es que junto con cumplir el rol de fotógrafa Inés era parte de ese mundo, que a veces trasladaba a la señorial casona que compartía en Pedro de Valdivia.

Terminada la década de los 80 y ya en los albores de la lenta recuperación de la democracia, la revista se cerró – como todas las de su género y de signo de izquierda- e Inés comenzó a trabajar como free lance. Muchos de sus archivos inéditos fueron guardados en una maleta, protegidos frágilmente como se hacía en aquellos tiempos precarios en que nadie ni nada tenía garantizado su paso a la posteridad.

Pasó más de una década antes que otra fotógrafa, Diana Duhalde, hurgara en aquel cofre descubriendo “tesoros” que a cualquiera que quiera investigar aquella época haría relamerse de gusto. Con la mirada de archivista – no en vano Duhalde estudió Bibliotecología recién salida del colegio- mezclada con la de historiadora, más la sensibilidad de años tras el lente sacó a la luz estos registros (cosa que algún día a lo mejor hace con los propios) con la certidumbre de que “una colección del tipo que creó Inés Paulino, posee características que la convierten en patrimonio cultural del pueblo de Chile" (esto último forma parte de su presentación del proyecto que postuló y ganó un Fondart en la línea de rescate de patrimonio inmaterial en 2009).

Conocí parte del trabajo mientras se desarrollaba el lento proceso de escanear, clasificar, recordar, limpiar, editar. Mirando aquellas fotos descubrí personajes hoy desaparecidos como José Donoso o Enrique Lihn y otros que hoy juegan un rol no tan distinto al que les mereció ser capturados por el lente de Paulino, pero entonces en circunstancias bastante menos aplaudidas. Allí están para la historia situaciones de una épica olvidada- no para quienes las vivimos- en fotografías que por sí solas describen un paisaje político complejo, denso, ominoso.

La notable filósofa alemana Hannah Arendt escribió “la memoria da profundidad a la existencia” y eso es algo que nadie debiera desconocer por doloroso o vergonzante que le sea el recuerdo.
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miércoles, 3 de febrero de 2010

Laura Esquivel : Alquimia puertas adentro


La conocida escritora mexicana pasó por Chile - invitada para el Carnaval Bicentenario de Valparaíso- como un río de agua cristalina pero torrentosa. Poco después de recibir la Orden al Mérito Artístico y Cultural "Pablo Neruda" , de manos de la Presidenta Michelle Bachelet en La Moneda se refirió al momento político del país aludiendo a la hermandad chileno mexicana y a la ayuda que su patria prestó a los chilenos refugiados del régimen militar.
En entrevistas posteriores habló del momento político post elección presidencial. Y más tarde en nuestra corta entrevista(seguiremos conversando en marzo, cuando participe en el V Congreso Internacional de la Lengua Española (www.congresodelalengua.cl/) contó de su militancia en el Movimiento Manuel López Obrador, del cambio y la revolución interna. Por cierto también se referió a sus libros ("Malinche" , "Tan veloz como el deseo; dos de siete publicados) a su fuerte vínculo con las culturas originarias , a la educación artística como fuente de transformación.

Autora del mundialmente famoso “Como agua para chocolate”- llevada al cine por Alfonso Arrau y próxima a ser presentada como obra de teatro en Broadway- y de otras seis novelas, además de desarrollar una activa carrera literaria actualmente se ocupa de la Dirección de Cultura del distrito de Coyoacán. La carrera de esta escritora nacida en 1950 está llena de paradojas porque si bien al igual que muchas de su generación buscó en la esfera de lo público “cambiar el mundo”, fue en el ámbito de lo privado- en la alquimia de lo que ofrece la casa , según sus palabras- donde descubrió el camino de la transformación a partir del cambio interior, sin renunciar por ello a su vocación política. Tras cursar estudios de educadora y de teatro y creación dramática, a fines de los 60, se especializó en teatro infantil, Entre 1979 y 1980 escribió programas infantiles para la cadena cultural de la televisión mexicana y, en 1983, fundó el Centro de Invención Permanente, integrado por talleres artísticos para niños, al tiempo que comenzaba a desarrollar otra veta en la escritura: la de la creación de guiones cinematográficos, donde rápidamente obtuvo reconocimiento.

En 1989 publicó su novela
Como agua para chocolate, historia de amor y de cocina –emparentada con el realismo mágico- que ha sido traducida a una decena de idiomas y en 1994 recibió el Premio American Bookseller Book of the Year en Estados Unidos. Posteriormente le siguieron otras novelas como La ley del amor (1995); Íntimas suculencias (1998) ;Estrellita marinera (1999) ; El libro de las emociones (2000) ; Tan veloz como el deseo (2001), y Malinche (2006) donde recrea la relación el conquistador español Hernán Cortés y su esclava, que debe oficiar de traductora (y que en el libro es llamda “la lengua”) .

La lengua y el lenguaje , están muy presentes en "Malinche" y en "Tan veloz como el deseo". ¿Qué le parece haber sido invitada al VCILE?

- Festejo mucho que me hayan invitado a reflexionar precisamente en torno a ese tema. La conquista española fue un proceso muy doloroso porque para muchos significó la pérdida de todo un mundo. En el momento en que una lengua muere, mueren muchos con ella: desaparece un mundo de significados y de creencias, un concepto cosmogónico… Sin embargo, si lo vemos a la distancia como lo estamos haciendo ahora, parte de la herencia favorable es tener una lengua en común lo cual es realmente útil, porque somos una gran cantidad de personas que tenemos mucho que decir, que aportar, y que al hacerlo a través en un lenguaje que todos compartimos nos estamos asegurando de que se difunda y que llegue a millones de personas que pueden cambiar su visión del mundo en determinado momento como el de ahora cuando se debaten temas trascendentales.

¿Y de qué piensa hablar en este Congreso que tiene como norte que las personas e intituciones, así como los gobiernos, promuevan la lengua española como instrumento vertebrador de la comunidad iberoamericana, desde su dimensión de intelectual y de política"?
- Me gustaría hablar de la pérdida del carácter sagrado de la palabra, tema del que hablo mucho en “Malinche” (books.google.cl/books) y también de su acción transformadora. Ese carácter sagrado que representa un universo de creación donde están presentes el agua, el aire, el fuego.. Le voy a dar un ejemplo: en mi país trabajo mucho con artesanos y he visto que no han perdido esa cuestión de la palabra sagrada; es parte de sus usos y de sus costumbres y para ellos dar la palabra es parte de darse uno mismo. En nuestro trato nunca hemos firmado un papelito entre nosotros, y no ha habido un problema. Pero en el mundo dizque civilizado en el que vivimos ni los papelitos sirven, porque los contratos se rompen, las palabras no se cumplen y la intención ya no es integradora, sino que busca obtener todo a cambio de lo menos, con la maña de la letra chiquita, la letra que no habla. Si volviéramos a recuperar la intención, la noción de lo que está en juego cuando se habla, sería distinto.


Cuando fueron los zapatistas al Congreso la comandante Ramona dijo “Venimos aquí a dar nuestra palabra” y obviamente los parlamentarios no sabían lo que esto significaba, porque no se oyó ni se respetó su palabra. Los acuerdos de San Andrés (1996) están firmados y no se han cumplido. A mí se me cae la cara de vergüenza con esto.

El mundo invisible del silencio

El entrecruce de culturas es un tema muy presente en las novelas de Esquivel y leyendo "Malinche" se entiende su afinidad con los conceptos de culturas originarias como la nahualtl que rescata la presencia de los elementos sagrados en la creación del mundo (agua, tierra, fuego , aire) . Me cuenta que el agua es muy importante para ella y que siempre tiene una grabadora al alcance de la mano, en el baño, para grabar las mideas que se le ocurren bajo la ducha bajo la ducha ("usted como periodista debe saber que las ideas son más rápidas que la escdritura" , me dice). Le pregunto por Júbilo, el personaje central de "Tan veloz como el deseo ", un telegrafista que pierde la capacidad de enviar mensajes y dice que se personaje se inspiró en su padre que a causa del Parkinsson no pudo seguir trabajando en lo suyo y que era un gran conciliador . Agrega que tanto como las palabras son importantes los silencios y relata una anécdota que le contó un amigo que trabaja con los indios tahumara- que habitan en la sierra: Ellos se visitan y se sientan jfrente a frente tras saludarse . Una hora después se despiden sin haber cruzado palabra Entonces uno le dice a otro : "Compadre que bien la pasamos, ¿no?
En ese momento nostras la estamos pasando muy bien; pero un elocuente gesto de la coordinadora de la agenda de la escritora me hace volver al cuestionario.

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Usted ha transitado por distintos ámbitos del lenguaje, desde el teatro a la televisión y desde esta al cine para luego ir tras la narrativa ¿Cómo ha sido este peregrinaje? -

- Son lenguajes muy diferentes y para mí ha sido todo un aprendizaje tener que ir renunciando a uno para entrar a otro. Cuando pasé del cine a la literatura me costó mucho porque mi mente creativa funciona más a través de las imágenes y después traducido a la literatura… ¡Ah, , cómo me costó!. Pero poco a poco comencé a integrarlo. Es como cuando uno o habla dos idiomas ¿no? Pero también para mí sigue siendo importantísimo el silencio, porque finalmente ahí también intercambio de información y eso no se toma en cuenta. Creo que es en el silencio donde está este mundo invisible, de interconexión, donde todos somos uno y donde en verdad podemos encontrar dicha y solidaridad.

El camino de la participación

-Además de su carrera en las letras ha emprendido una carrera en la política y desde hace un año está a cargo del departamento de Cultura del distrito de Coyoacán. ¿Cuál ha sido su motivación para actuar en la esfera pública? -

- Yo soy de la generación de los años 60 que pensaba que todo lo que merecía la pena vivir estaba fuera de la casa y que pensaba que si lograba hacer los cambios suficientes en el mundo público iba a surgir el nuevo hombre, la nueva sociedad e íbamos a ser felices. En ese mismo tiempo me casé, tuve a mi hija y tuve que regresar a la cocina. Entonces redescubrí este mundo maravilloso de creatividad, de la alquimia que ofrece todo lo que pasa en la casa. lo cual me provocó una gran revolución interna.
En ese mismo tiempo comencé con mis talleres artísticos para niños y tenía inscritos en esos talleres a hijos de grandes intelectuales que viajaban por el mundo hablando de cómo cambiar el mundo, . mientras sus niños estaban creciendo solos en manos del Estado y de la televisión. Ahí fue cuando me empecé a cuestionar muchas cosas, Yo creo que el mundo nuevo no ha surgido ni va a surgir sino hay un cambio interior.

He estado viendo que las noticias aquí, en Chile hablan del desencanto en los jóvenes; que ellos piensan que la política es una cosa muy sucia y por eso dicen “qué (los partidos) hagan lo que quieran”. En México pasa algo similar y por eso estamos en una crisis espantosa. Pero yo estoy convencida que solo los ciudadanos organizados y conscientes pueden retomar el camino de la participación y decidir quien gobierna y quien no: pero si queremos que sea de una manera pacífica desgraciadamente tendrá que ser a través de un sistema aprobado por la democracia y eso es la participación dentro de un sistema político. En México hasta hace poco había un candado que no permitía crear un nuevo partido .

Yo formo parte del
Movimiento Manuel López Obrador ( http://www.jornada.unam.mx/) y nuestra intención era que un grupo de nosotros fuera a la Cámara y para eso había que ir con uno de los partidos que existiera. Hasta ahora tenemos más de dos millones personas y se trata de un movimiento muy comprometido con el cambio. En mi caso no resulté electa en el distrito en que me postulé, pero el jefe de la nacional que si llegó me llamó a asumir la Dirección de Cultura de su distrito . Y acepté porque pienso que sólo a través de la transformación interior se puede lograr el cambio.
¿ Es decir…?
La única manera de, devolverle a la gente la noción de su capacidad transformadora es imaginando una manera nueva de ser, porque si seguimos repitiendo lo mismo tendremos igual resultado. ¿Y cómo lo imaginamos si nos han negado el arte como manera de expresión?, ¿Si en ninguna escuela hay bibliotecas o educación artística; si en ninguna escuela un niño puede imaginarse que puede ser mariposa, que puede ser árbol o estrella o lo que él quiera y si no sabe que ese taburete puede ser muchas cosas distintas? Esa nueva visión sólo puede venir del arte. La voluntad de un pueblo sólo se va a expresar cuando converjan memoria y deseo. Cuando yo recuerde quien soy y me visualice como un entre actuante y no –como nos han hecho creer- una pieza en un engranaje en una máquina de consumo en el mundo, entonces podré tener una acción transformadora. Y por eso estamos trabajando, por un proyecto cultural incluyente participativo; donde la mayor parte de la gente, especialmente los marginados, reciban una educación artística.

Foto: Jorge Villa Moreno

viernes, 8 de enero de 2010



EN VIAJE: TOMANDO JUGO EN EL CUZCO



¡Uyyyy, otro cuero! exclama una de las chicas que atienden en el sitio más sano y más rico del Cusco, asomada a la puerta del local de calle Los Procuradores, por donde bajan , suben, bajan, con destino a la Plaza Mayor, los turistas de Israel, Estados Unidos, Suecia, Brasil, Argentina, Finlandia.


El que ha provocado su entusiasmo es un argentino que viene de trabajar en Estados Unidos y que ha pasado por Bolivia y luego irà a Sao Paulo, antes de volver a Mar del Plata.


La chica quiere compartir su placentera entretención con su compañerade trabajo, pero ella está muy ocupada trasladando la fruta en trocitos a las bandejas refrigeradas, listas para ponerlas en la juguera a demanda de cualquier comprador.


Tunas, zancallos, masabambas, sauco, papayitas andinas, plátanos, pepinos, sandías , uvas, higos, maracuyás, granadillas, limas, mandarinas, lúcumas se ofrecen en la carta de jugos en sus versiones puras y combinadas con recetas para la energía, la resaca, el apunamiento, el hígado, el resfrío …..


Las chicas se afanan manteniendo las estanterìas bien provistas con las frutas alineadas segun colores, tamaños, texturas. Todo parece armónico en quel sitio dondee también puede tomarse té con dulces o sandwiches, incluso la música ambiente que eligen entre todos los que trabajn atendiendo público bajàndola del computador y guardándola ( desde Maná a Sinnead O Connor, pasando por Aznar y Julieta Venegas).


Todo parece bien , hasta que llega el dueño preguntando al chico encargado de los sandwhiches : “Te has lavado las manos ahora despues de ir al baño?.